Hola mis bloguer@s :)
Como cada semana vengo a traeros mi entrada semanal, esta vez la haré de la ley de dependencia.
Desde mi punto de vista, pienso que esta ley es vital para el
país ya que garantiza el bienestar de las personas mayores y como futuras
educadoras en este ámbito, me centraría en aquellos referentes que le son
vitales. Intentaría hacer la vida de esas personas más amenas y que
puedan ser lo más “independientes” posibles, siendo conscientes de sus
limitaciones.
Como cada semana vengo a traeros mi entrada semanal, esta vez la haré de la ley de dependencia.
Es una ley española que crea el actual Sistema para la
Autonomía y Atención a la Dependencia, que es el conjunto de servicios y
prestaciones destinados a la promoción de la autonomía personal, así como a la
protección y atención a las personas, a través de servicios públicos y privados
concertados debidamente acreditados.
La Ley define autonomía personal como la «capacidad de
controlar, adoptar y tomar por propia iniciativa decisiones personales, así
como desarrollar las actividades básicas de la vida diaria» y la falta de
independencia como la falta o a la pérdida de autonomía física, mental,
intelectual o sensorial, y necesitan la atención de otra u otras personas o
ayudas importantes para realizar actividades básicas de la vida diaria.
La persona dependiente lo es bien por sufrir una
enfermedad o suceso incapacitante, o por llegar a la vejez. La dependencia
personal es así la incapacidad funcional para el desarrollo de actividades de
la vida diaria y por requerir ayuda para su realización.
Una noticia publicada por “La Verdad” nos informa de
que, en 9 comunidades autónomas, entre ellas Murcia, han suspendido la ley de
dependencia. Esto me parece algo injusto, debido a que hay miles de personas
ancianas que necesitan ayuda en diversos aspectos de su vida y que una ley tan importante,
en un país donde un gran parte de las personas son ancianas, no esté vigente es
improcedente.
Otro aspecto que me llama la atención, son las largas
listas de espera para entrar en las residencias públicas. Según Asuntos
Sociales hay aproximadamente unos 18.500 ancianos esperando a entrar en estas
residencias. Si se aumentase las ayudas económicas a estas personas, no
pasarían años en estas listas de espera y podrían permitirse pagarse una
residencia privada. Ligado al ámbito económico, esta ley de dependencia también
puede favorecer en otros aspectos: según la entrevista realizada por “El
Intermedio” a J.M. Ramírez (presidente del Observatorio Estatal de la
Dependencia), por cada millón de euros invertidos se generan 30 puestos de
trabajo directos.
Por ello, debemos ayudar a estas personas a sentirse
queridas y útiles y no torpes y dependientes.
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